Las carreteras son variadas, hay un poco de todo en Sudamérica, por lo que se puede adaptar la ruta perfectamente al vehículo. Aunque incluso una carretera nacional puede convertirse en toda una aventura.
El reino de los incas nos ha acompañado los últimos meses, nos toca despedirnos de este gran imperio, pero antes echamos la vista atrás.
Una cultura desconocida de Sudamérica: los Chachapoyas. Nos adentramos en su cultura y para ello caminamos por prados, campos y rocas. Cruzamos un puente inestable y, a pesar de cierta inseguridad, conseguimos ver 13 sarcófagos. ¡Una experiencia maravillosa!
Estas dos cataratas son de las más altas del mundo, pero gracias a la sirenas estuvieron bien escondidas hasta hace poco. Fue una visita espectacular.
A menudo en Sudamérica el único medio de comunicación que funciona es WhatsApp, da igual si es el hospital, la policía o la aduana. Aunque tampoco es garantía de que la respuesta tenga sentido.
En medio del Amazonas peruano nos encontramos con chalés alpinos y comida austriaca que trajeron los colonos de Prusia hace 166 años.
y así durante 48 horas hasta que por fin volvimos a una carretera asfaltada. Nuestra expedición al valle de la resistencia y el porqué siempre se tarda tanto hasta llegar al siguiente destino.
Sí, también tuvimos que visitar Machu Picchu. Pero nos lo organizamos a nuestro gusto: sin guía y sin más medio de transporte que los que tenemos (el coche y a pie).
Si uno tiene tiempo y se atreve a hacer las cosas de diferente manera, a veces tiene la suerte de disfrutar solo de un lugar turístico. Esto nos ocurrió en las ruinas incas de Písac.
Esta vez hemos visitado un complejo funerario cerca del lago Titicaca algo especial: las chullpas de Sillustani. Una tradición que empezó antes de los incas.