Viajar con seguridad: primeros auxilios

Un hombre con casco está sentado en el jardín, confuso y con una herida en el muslo que sangra con fuerza, pero él sigue intentando responder a algunas preguntas. Sólo nos queda claro una cosa: necesita ayuda.

Por suerte solo es un simulacro. Dani hace de paciente en el curso de primeros auxilios de Cel Dubois. Y aunque aquí no estuvimos ante una emergencia real, los accidentes forman parte de todos los viajes. Con un poco de suerte y cuidado, puede que no nos toque a nosotros, pero es importante estar preparado, sobre todo cuando se viaja a zonas remotas y se quiere ayudar a otros en caso de emergencia.

¿Nuestra experiencia? Ya hicimos varios cursos de paramédico en el ejército. Sin embargo, este curso de actualización ha merecido la pena. Al fin y al cabo, los peligros a los que nos enfrentamos cuando viajamos son a menudo diferentes a los de casa, y el médico más cercano no siempre está cerca, por no hablar de un helicóptero de rescate.

En el curso Break-A-Way Outdoor medic aprendimos, sobre todo, a evaluar mejor la situación: ¿Cuándo podemos actuar por nuestra cuenta y cuándo necesitamos ayuda profesional? Como Cel subraya bromeando: «A veces el último recurso que queda es: ¡la gasolina!». Pero ahora en serio: en caso de infarto o derrame, puede ser crucial reconocer las señales a tiempo. Entonces puede que baste con tomar una aspirina como profilaxis, recogerlo todo y buscar ayuda médica de inmediato. Pero cuidado: en caso de ser un derrame, toca no dar nunca aspirina; al fin y al cabo, sin una resonancia magnética no sabemos qué lo causó exactamente. Y ese aparato definitivamente no nos cabe en el coche.

¿Qué hay que llevar siempre de viaje? Muchos medicamentos de venta con receta se pueden adquirir sin receta en Sudamérica, pero no todo está disponible en todas partes. Tiene sentido llevar en el equipaje algunos medicamentos importantes, como antibióticos, analgésicos y Bepanthen-Plus, además de los artículos habituales del botiquín. Tampoco deben faltar guantes desechables para protegerse en caso de accidente inesperado.

Además, no nos olvidemos de que los médicos locales saben mucho sobre las enfermedades comunes de la zona. También suelen estar equipados con ciertos medicamentos difíciles de conseguir en Europa. Es útil llevar reservas y reponerlas si es necesario. Pero aquí también toca conocer los síntomas para poder reaccionar a tiempo.

El curso nos ha recordado que ayudar puede ser un reto, sobre todo en viajes largos y remotos, ya que las condiciones no son las mismas que en Europa. Por eso merece la pena refrescar los conocimientos de primeros auxilios. Cel nos ayudó mucho en este sentido, respondió a nuestras preguntas y nos dio valiosos consejos de (auto)ayuda durante el viaje. Así que si pronto te adentrarás en lo desconocido, echa un vistazo a su página web o ponte en contacto con ella: ¡merece la pena! O busca una oferta parecida en tu país.

El contenido médico de este artículo es meramente informativo y no sustituye al asesoramiento profesional. Queda excluida toda responsabilidad por la exactitud de la información y posibles consecuencias.

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