Coches robados en Bolivia: un problema sin freno

En Guayaramerín nos encontramos con una estampa singular: últimos modelos del Toyota Hilux, Suzuki recién salidos de fábrica y Toyota Noah usados como taxis colectivos. Todos ellos sin matrícula. Tras indagar un poco, no tardamos en descubrir que se trata de autos chutos, es decir, coches robados o introducidos ilegalmente en el país.

Medio millón de vehículos circulan sin papeles

Los coches provienen de los países colindantes: Chile, Argentina, Brasil y Paraguay. Según la Cámara Boliviana Automotor, la cifra de autos chutos que circulan por el país asciende a medio millón. Oficialmente, el Instituto Nacional de Estadística boliviano reporta 2 millones de vehículos registrados.

El robo abarca todo tipo de vehículos, desde coches de alta gama hasta modelos estándar, pasando por camiones e incluso tractores. Chile contabiliza un promedio anual de 50 000 vehículos robados al año, la mayoría acaba en Bolivia.

En Bolivia se venden en mercados especializados o directamente en grupos de Facebook. Según el periódico Correo del sur, existen 73 mercados. La mayoría se consideran «zona roja» por tener un alto riesgo de violencia al realizar operativos policiales, incluso ha habido víctimas.

Los vehículos robados sin papeles ni matrícula circulan por una zona limitada.  Un comerciante en Guayaramerín nos revela que, por un pago anual de 100 dólares a la policía, estos vehículos pueden circular sin problemas por la región. Otros circulan por todo el territorio nacional gracias a papeles «gemeleaos», es decir, con papeles y placas clonadas de coches legales.

Auf Facebook angebotener Toyota Hilux
Oferta en Facebook de un Toyota Hilux listo para ser comprado.

Facebook y los coches de segunda mano

Una búsqueda rápida en Internet nos lleva a Facebook. Se oferta un Hilux, año 2024, «impecable» por 4000 euros, aunque con la advertencia «ojo es chuto». No es el único: otro Hilux por 5300 dólares o un Suzuki, año 2024, «resien llegado» aún sin precio, pero con número de contacto de WhatsApp. Todos publicitados en grupos con nombres como «auto chuto Comarapa» o «venta de autos chutos». Más fácil imposible.

No todos los coches son robados. Algunos simplemente ingresan de manera ilegal a Bolivia. Existe un mercado de coches de segunda mano que provienen de países desarrollados y se llevan a países en vías de desarrollo. Por ejemplo, de Japón a Chile. Allí contrabandistas bolivianos usan DNI de locales a los que le pagan algo para pasar la aduana. Luego pasan los coches a Bolivia sin importarlos en la aduana a través de los 850 kilómetros de frontera entre Chile y Bolivia.

La prohibición de importación de coches con más de un año de antigüedad

Nuevo Jeep sin matrícula circulando por Trinidad.

En 2011, Evo Morales promulgó la ley de saneamiento legal, una medida que, si bien permitió regularizar algunos autos chutos, no logró frenar el problema. Desde entonces, no se volvió a dar tal carta blanca.

La legislación actual contribuye a la situación de autos chutos. Las tasas de importación y el IVA encarecen de manera desmedida el precio de vehículos importados legalmente. A esto se le suma la prohibición de importar vehículos de más de un año de antigüedad. Medida para evitar que las carreteras bolivianas se conviertan en un parque de chatarra, pero que fomenta la importación ilegal.

Además, aparentemente, se obtienen papeles legales sin mayores problemas por un precio de 2000 dólares adicionales. Parecen estar involucrados todos: estado, aduana, policía, comerciantes. Es más, en 2021 el presidente Luis Arce donó coches robados en Chile; obviamente, niega haber conocido la procedencia de los vehículos y pide la «cabeza» de los responsables, según el medio argentino Urgente24.

Coches a cambio de cocaína

Según un estudio de Clacso, a pesar de ser un delito, la venta de autos robados impulsa el desarrollo de las zonas rurales. Los campesinos intercambian los animales de carga por vehículos motorizados, lo que les permite aumentar su productividad diaria.

Este fenómeno se observa con mayor frecuencia en las zonas productoras de coca, donde se da un intercambio de truque: coches robados en países vecinos como Argentina por kilos de cocaína producida en Bolivia. Un Toyota Hilux puede llegar a canjearse por entre dos a diez kilos de cocaína.

El narcotráfico se suma a los problemas que azotan las regiones fronterizas con Bolivia.

Para los habitantes de los países vecinos, el robo constante de vehículos representa un grave peligro. Para los bolivianos, por otro lado, se convierte en una oportunidad para acceder a un vehículo motorizado, ya sea para reemplazar animales de carga o para adquirir un coche de lujo a un precio irrisorio.  Para nosotros, este fenómeno ha sido tan impactante como incomprensible.

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