Mejor no tener que ir al hospital, ¿y si no queda otra?

¿Es tan horrible? El ámbito sanitario en América del Sur

Empecemos por lo positivo: también hay buenos médicos e instalaciones en Sudamérica. Aun así, la sanidad pública no siempre está a la vanguardia, ya que les falta dinero para personal e infraestructuras. Los mismos problemas que en Europa, pero aquí se notan más. También existen hospitales privados cuyos costes cubren los seguros de salud europeos. Eso sí, los precios suelen ser más elevados y, según el país, incluso muy caros, pero tienen una infraestructura mucho mejor.

Hay que tener en cuenta que sigue habiendo diferencias. Normalmente, nadie quiere pisar un hospital en el extranjero; no obstante, en un viaje largo siempre habrá algún momento en que sea necesario acudir a uno. En nuestro caso, hemos visitado centros de salud en casi todos los países que hemos visitado, ya fuera para acompañar a alguien, para traducir o porque necesitábamos acudir a un médico.

Sanidad privada y pública – hay de todo

Consulta médica en Perú.

Hay de todo, depende del presupuesto. La mayoría de los países tienen sanidad pública y, en las zonas rurales, es probable que esa sea tu única opción. En Codo del Pozuzo (Perú), por ejemplo, visitamos un centro de salud. Allí tuvimos que esperar… mucho. Luego pagamos un dólar (poco dinero, en realidad) y pasamos a pesar, medir la altura, la presión arterial y la temperatura, y de nuevo tocó esperar. Aunque el médico se tomó su tiempo con nosotros en la consulta. Eso sí, miró el dedo diez segundos y los otros treinta minutos los pasó hablando con nosotros sobre el viaje, el mundo y las mordeduras de serpientes. Evidentemente así el tiempo de espera se prolonga para todos.

Los grandes hospitales privados están mejor equipados, aunque eso no garantiza que todo funcione. Lo más difícil es encontrar a alguien que te preste atención. Además, muchos médicos sudamericanos hablan un español muy culto, por lo que es difícil entenderlos, y apenas se toman el tiempo para explicar las cosas; casi tienes que obligarlos a hacerlo. Ah, bueno, y el precio no es precisamente económico.

En Chile se nota mucho, ya que los hospitales privados siguen el ejemplo estadounidense. No obstante, también tienen una sanidad pública gratuita para los chilenos, pero no para los extranjeros. Otra cosa es querer pasar mucho tiempo en esos hospitales, ya que a menudo solo puede entrar el paciente; a los familiares se les prohíbe estrictamente acompañarlo. Apenas informan, solo con insistir se obtiene información. Aunque el médico hizo un buen trabajo, detectando la causa, no deberían haber enviado al paciente a casa, argumentando que bastaba con que se esperara a volver a casa para tratarlo. El estado de salud era más grave, por lo que hubo que ir a un hospital privado. Allí la realidad era otra, simplemente para entrar, tocó sacar la tarjeta de crédito.

¿Y a la hora de pagar?

Siempre es buena idea llevar dinero en efectivo. Hay lugares donde solo se puede pagar con tarjeta y otros donde solo aceptan efectivo y el importe justo para no tener que dar cambio. Eso nos pasó en Ecuador: la factura la hicieron a mano porque el sistema digital del médico no funcionaba y, por ello, no podía hacer ninguna factura para que el seguro me devolviese el dinero. Y eso que la secretaria nos había asegurado que funcionaba; le habíamos pagado a ella. Obviamente, a mi seguro no le hizo mucha gracia, pero me lo pasaron por la primera vez. El médico ya era mayor y hizo todo lo que pudo a la vieja usanza; no es que fuese peor, pero incluso seguía teniendo un termómetro de mercurio porque se le había roto el nuevo. La consulta en sí estuvo bien, siempre y cuando se hablase español.

En casos graves, el seguro asume los costes directamente. Aunque todo puede complicarse cuando la agencia local con la que trabaja el seguro le debe dinero al hospital, porque entonces tienen que aclarar quién va a asumir el riesgo y hay que esperar más tiempo. También puede ocurrir que el hospital tenga poca experiencia con seguros extranjeros y que cada uno tenga una idea diferente sobre los documentos necesarios y, sobre todo, sobre el formato que deben seguir, aunque digan exactamente lo mismo e incluso estén redactados en el idioma local.

Lo que el primero no tiene, en el tercero encontrarás

En la sanidad pública puede ocurrir tanto que no quieran como que no puedan darte un tratamiento. En Argentina tuvimos que visitar tres centros de salud para conseguir la vacuna de la rabia. En el primero no la tenían; en el segundo no nos la querían dar, alegando que la siguiente dosis se echaría a perder. Nunca acabamos de entender la lógica que había detrás. En el tercer centro de salud nos atendieron perfectamente, pero perdimos horas buscando dónde acudir.

Ah, por cierto, es mejor repetir una, dos o tres veces las pruebas cuyos resultados no tengan sentido. Sobre todo, las pruebas rápidas no siempre son fiables, pero los resultados de un análisis de sangre sí suelen serlo, aunque no son la panacea. Probablemente, la culpa no recaiga en la formación de los médicos, sino en el equipamiento del que disponen. Además, uno probablemente no querrá pasarse semanas o incluso meses esperando a que descubran la causa. A veces, merece la pena volver a casa y hacer allí las pruebas pertinentes.

Nosotros tenemos la suerte de poder optar por hospitales privados y, además, el seguro no es muy caro. En los países latinoamericanos, un seguro privado solo se lo pueden permitir las clases pudientes, a no ser que lo pague la empresa.

Los Land Cruisers a menudo son usados como ambulancias en Sudamérica.

En general, hemos aprendido lo siguiente:

Importantísimo tener una formación básica en primeros auxilios

Asegúrate de estar bien formado, especialmente para casos de emergencia, y lleva contigo el material necesario. Lo mejor es invertir en un buen curso en el que no solo se trate lo que se haría en Europa, sino también las opciones disponibles cuando no hay un sistema de rescate cerca.

También es importante saber cómo limpiar correctamente las heridas, también las de animales. El médico en Venezuela consideró que una limpieza superficial era más que suficiente. Además, me advirtió que no utilizara betadine para desinfectar, ya que la piel se vuelve amarilla. No creo que, en caso de mordedura, la estética deba ser la prioridad.

Miguel hizo el curso de rescate de buceo en Ecuador. Este curso incluye una formación en primeros auxilios impartida por un paramédico local. Sin embargo, este último no tenía muchos conocimientos y apenas disponía de equipo. Las ambulancias también están bastante mal equipadas. Hay muchas cosas que se pueden conseguir en Europa y que pueden resultar útiles en caso de emergencia. Por lo tanto, lo mejor es llevarlas en el equipaje y tener en cuenta el segundo consejo.

Hospital privado en Venezuela.
Tratando la mordedura.

Llevar material sanitario básico.

Llevar material fungible como vendajes, gasas y jeringuillas; también puede ser útil para ayudar a otros si te encuentras con un accidente.

Los medicamentos, por el contrario, son menos problemáticos. Sin embargo, hay algunas cosas que son difíciles de conseguir, como las pastillas de carbón activo para la diarrea. Pero la mayoría de los medicamentos se pueden adquirir en la farmacia, incluso sin receta. Solo que los precios suelen ser más elevados. Por lo tanto, si necesitas un medicamento, lo mejor es llevar suficiente, ya que es muy probable que cueste el triple que en tu país. Hasta ahora hemos encontrado de todo, incluso en zonas muy remotas.

No obstante, es recomendable llevar un botiquín básico en el coche para tenerlo a mano en caso de emergencia.

Contrata un buen seguro de viaje

Uno que no te complique la vida y, en ocasiones, sea flexible, ya que los informes médicos y las facturas también puede ser que las escriban a mano en cualquier hoja de papel por no tener un sistema funcionando. Todo depende de dónde te encuentres, obviamente. No hay que ser tacaño con lo que respecta el seguro, porque si surge algo grave, los gastos médicos en Sudamérica no son precisamente bajos, a menos que quieras depender exclusivamente del sistema sanitario público. Sin embargo, parece que tener un seguro no es algo que se pueda dar por sentado; claro, también se puede resolver de otra manera. Pero, en cualquier caso, hay que pensar en ello, y es mejor calcular con un margen amplio, ya que la asistencia sanitaria tal y como la conocemos también es cara en Sudamérica.

También es buena idea tener buenos contactos a los que se pueda llamar en cualquier momento. Puede que sea el médico del seguro al que pedir una segunda opinión. Puede ser un médico, un paramédico, un veterinario… alguien de tu círculo de amigos más cercano. Si no es el caso, deberías echar un vistazo antes del viaje para hacerte algunos nuevos amigos😉.

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