
En Panamá, a 2000 metros sobre el nivel del mar, en la falda del volcán Barú, se encuentra el Sendero de los Quetzales.
Un sendero de ocho kilómetros se adentra en el bosque nublado en las inmediaciones del Parque Binacional La Amistad, que comparten Costa Rica y Panamá.
Con un objetivo: buscar el quetzal, el pájaro de los dioses.




El tiempo en agosto es lluvioso. El sol no se asomó en todo el día.

El bosque cobra vida con el viento. Un viento que hace caer ramas e incluso un árbol; pero, por suerte, nunca sobre nosotros.

Caminamos durante seis horas. No nos encontramos con nadie.
Hay muy pocos turistas, de hecho, tan pocos que el guarda forestal decidió acompañarnos para entretenerse.

No vimos ni personas ni animales.
Al quetzal solo lo escuchamos, por ahora. Aún no tenemos foto, pero seguro que en algún momento lo veremos, ya que es endémico de toda América Central.
Al final, sí que se nos cruza un animal.

En medio del camino, un ratoncito.

Se pasa minutos posando para la cámara de Miguel.
También estos pequeños momentos hacen que un día sea único.
Todas las fotos ©M. Schumacher
